Una clasificación temporal de la leyenda artúrica

por el Profesor

En el siglo XIII el poeta francés Jean Bodel sintetizó los temas más interesantes que, según su opinión, debían tratar los literatos de su época. Estos tres temas o materias eran la materia de Roma, dedicada a las hazañas de los héroes clásicos, la materia de Francia, sobre Carlomagno y sus conquistas, y la materia Artúrica, un tema que en su época estaba en pleno apogeo.

La temática de la materia Artúrica había crecido en complejidad e importancia hasta alcanzar su cénit algunos años antes de la época de Bodel, tras lo cual su originalidad comenzó a declinar, pero no así el interés que despertaba entre un público mayoritario. La materia de Bretaña o el género artúrico fue un fenómeno netamente literario, que medró y cobró sentido dentro de la mente creativa de los juglares y cuentacuentos medievales, de las narraciones de los trovadores y juglares y de las composiciones de los escritores y cronistas.

Con el criterio de organizar y describir la evolución del mito artúrico en la literatura medieval europea desde un punto de vista didáctico, propongo una división de este fenómeno en una serie de etapas. Estas etapas se configuran y distinguen entre sí atendiendo a la evolución de este género y a la consolidación de los temas y personajes que componen la materia de Bretaña tal y como nosotros la interpretamos actualmente.

Periodo formativo

Esta etapa corresponde al momento de aparición de la leyenda artúrica. Este periodo es nebuloso, se pierde entre los pocos textos escritos que pueden datarse con fiabilidad y la suposición de que toda evidencia textual debe estar antecedida por un periodo de tradición popular de duración indeterminada. En el periodo de formación de la leyenda artúrica se suceden dos etapas que se superponen. Por un lado, la etapa mitológica, formada por la tradición narrada por los bardos galeses y los relatos de folklore popular, todos transmitidos de forma oral, y la etapa cronística, que pertenece a los textos escritos por monjes letrados.

La etapa mitológica original abarca un largo período de tiempo en el que aparece y va tomando forma el mito del rey Arturo y de su corte de caballeros, nacidos en la tradición oral y el folklore popular. Esta fase de origen se inicia en la isla de Gran Bretaña durante la Alta Edad Media, entre los siglos VII y XII, si bien la tradición popular pasó a la Europa continental en algún momento, tal vez junto con las Cruzadas, a partir del siglo XI. A ella pertenecen textos muy variados del folklore galés y de la tradición bretona, entre los que destacan poemas de los bardos Aneirin y Taliesin, del siglo VII, y el relato Culhwch y Olwen, redactado en torno al siglo XII.

La etapa cronística se distingue de la anterior por basarse en las crónicas de eclesiásticos que escribían en latín. En esta etapa la tradición popular se mezcla con la percepción histórica medieval, buscando o incluso inventando la realidad del pasado histórico para incorporar la figura de Arturo, que acabó siendo tomado como real. Esta etapa discurre entre los siglos IX y XII, también en la isla de Gran Bretaña, pero en Francia tiene un periodo de transición hacia la siguiente etapa, también durante el siglo XII. Los autores reconocibles de esta etapa se sitúan al final de la misma: Godofredo de Monmouth (+1155), Wace (+c.1174) y Layamon (?s.XII). Godofredo es el autor más relevante al dejar por escrito una historia del rey Arturo que será la base sobre la cual se construirá todo el ciclo artúrico.

Etapa romance

La etapa romance se desarrolla en Francia a finales del siglo XII. El éxito de los romances franceses va dar lugar a la multiplicación de las obras de la materia de Bretaña en este siglo y en el siguiente por toda Europa. Esta etapa se reconoce por la aparición de los layes bretones y el romance francés, ambos escritos en verso. Esta etapa está protagonizada por dos autores, María de Francia (?s.XII) y Chrétien de Troyes (+c.1180). Chrétien será el gran artífice de la materia de Bretaña, creando personajes y temas fundamentales para toda la temática artúrica. Esta es la época de Jean Bodel.

Etapa clásica o canónica

La etapa clásica o canónica se desarrolla a través de una serie de novelas en prosa que surgen gracias a los temas propuestos por Chrétien de Troyes, aparecidas de manera sucesiva y muy rápida en la primera mitad del siglo XIII, en Francia. Fue iniciada con la obra del poeta francés Robert de Boron (?s.XIII) y las dos grandes compilaciones del material artúrico de autoría anónima conocidas como Vulgata (1215-1230) y Post-Vulgata (1230-1240), que ampliaron la obra de Boron y quedarían compendiadas en la obra de Malory. Estas novelas fijarán los temas y personajes de la materia de Bretaña, por lo que pueden ser consideradas como canónicas, al establecer el mundo artúrico tal y como ha llegado hasta nosotros. En este proceso de transmisión tuvo un papel fundamental la obra cumbre del ciclo artúrico, escrita por el caballero Thomas Malory (+c.1471), que es la que se convirtió en la referencia literaria principal una vez la materia de Bretaña como tal hubo sido abandonada, sustituida por las novelas de caballerías.

La materia griálica discurre en paralelo y mezclada con la etapa canónica. El Grial es uno de los temas más importantes del ciclo artúrico y se convierte en vertebral de toda la materia de Bretaña desde el siglo XIII, con Boron y las Vulgatas. Hay una serie de novelas que discurren en paralelo a estas obras, creando personajes y significados nuevos que, si bien no pertenecen a la materia canónica, tuvieron relevancia propia y se desarrollaron por separado de la materia de Bretaña propiamente dicha. El más importante de los autores de esta etapa fue el poeta alemán Wolfram von Eschenbach (c.1170, +c.1220), creador del mito de Parsifal que tanto éxito tendría en el mundo cultural germano.

Además del Grial, otro de los temas que alcanzaron un éxito notable en la literatura medieval es la historia de Tristan e Isolda, o materia tristaniana. La historia de Tristán tiene relación con el mito artúrico en algunos autores pero en realidad se desarrolla en paralelo a la materia de Bretaña, formando un corpus propio. Los primeros autores que tratan esta temática son la ya mencionada María de Francia, y los poetas franceses Thomas y Béroul, que en sus escritos hacen referencia a tradiciones anteriores sobre el tema. En todo caso, el origen del fenómeno literario de Tristán e Isolda puede fecharse en el siglo XII, temática que persistió durante la Edad Moderna con gran éxito.

Cuando los temas y personajes principales fueron agotados, la prosa en Europa Occiental pasó a buscar nuevos personajes y espacios a través de la novela de caballerías. En una primer momento, los personajes de las novelas de caballerías aún dependían de la corte de Arturo y podían identificarse con ella. Más adelante, los personajes y temas tratados fueron distanciándose de su núcleo original.

La calidad literaria y originalidad de los trabajos fue disolviéndose poco a poco al calor del fenómeno de moda, hasta que finalmente Miguel de Cervantes puso fin a este proceso publicando las aventuras del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, aventuras que significaban el punto y final a un universo literario que ya había perdido su razón de ser. La muerte por tanto del Ciclo Artúrico en su labor formativa puede fecharse en 1605, aunque este Ciclo aún no ha muerto en su labor creativa, y aún hoy en día el cine y la literatura sigue re-creando sus temas.

Todas las fechas están tomadas de la enciclopedia británica online: www.britannica.com

(Artículo editado y actualizado el 31 de marzo de 2023)

Referencias bibliográficas:

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6 comentarios

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Interesante, pero pensaba que iba a hablar más de la evolución en cuanto al contenido y elementos, de dónde provienen, alguna teoría de como llegaron a formarse las leyendas, qué se fue agregando en cada fase, y no solo a fechas y tipo de difusión 😅

Gracias por sus palabras. Este blog es un elemento orgánico, y evoluciona conforme leo y aprendo. Permanezca atenta porque en el futuro habrá artículos explicando todas sus dudas.

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