Por Jesús M. de la Cruz
Desde noviembre de 2024 varios medios de comunicación digitales han estado haciéndose eco del descubrimiento de una fortaleza de la Edad del Cobre en los terrenos ocupados por los complejos de un parque de energía fotovoltaica conocidos como Extremadura I, II y III, pertenecientes a la empresa Acciona Energía. Como un reguero de pólvora, la noticia ha saltado de un lado a otro hasta que finalmente a principios de febrero de este año el eco del hallazgo en el diario El País, repetido poco después por National Geographic, ha calado en el público general y ha emocionado por el tamaño las cualidades únicas del yacimiento.
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El yacimiento de Cortijo Lobato rodeado por los parques solares de Extremadura I, II y III de la empresa Acciona Energía. Fuente: Acciona Energía. https://experience.acciona.com/es/energias-renovables/plantas-fotovoltaicas-descubrimiento-arqueologico-espana/
La fortaleza de Cortijo Lobato.
Para conocer el origen de este descubrimiento tenemos que retrotraernos al 1 de marzo de 2021, cuando se iniciaron las prospecciones para la ampliación del parque fotovoltaico con el complejo Extremadura III en el paraje conocido como Cortijo Lobato dentro de la finca del Marqués de la Encomienda. El parque se encuentra a menos de 10 km del casco urbano de Almendralejo, un municipio situado en el corazón de la comarca de Tierra de Barros, una extensa zona de llanura arcillosa muy fértil situada entre Sierra Morena y el rio Guadiana, en la provincia de Badajoz. La región es conocida por la densidad de yacimientos arqueológicos, especialmente en torno a la cuenca del río Guadajira, o Rivera de Guadajira, afluente del río Guadiana en su margen izquierda. Durante el análisis del terrero que iba a ocupar el nuevo complejo de paneles solares la empresa TERA S.L. trabajó sobre el terreno y contactó con la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Extremadura para notificar el hallazgo de restos arqueológicos sobre la superficie. El objetivo de la empresa fue localizar y delimitar el espacio de dispersión de los restos y plantear un plan de colaboración que permitiera la construcción de la instalación energética y la protección del patrimonio recién descubierto.
Los trabajos de excavación fueron encomendados a la empresa TERA y están siendo coordinados por la arqueóloga Montserrat Girón. Desde los últimos 4 años esta empresa ha ido desbrozando el terreno de la parcela donde se ubicaron los restos y ha estado excavando toda su superficie, mientras se iba construyendo el parque solar a su alrededor. El yacimiento de Cortijo Lobato ha desvelado la presencia de una imponente fortaleza calcolítica que ocupa una superficie de algo más de una hectárea. La fortificación incluye tres murallas concéntricas de piedra y adobe defendidas por un total de 25 bastiones semicirculares y una pequeña puerta de acceso de apenas 70 cm de anchura. El recinto interior tiene una forma geométrica pentagonal, con torres en cada una de sus esquinas. El segundo recinto amurallado se extiende a cierta distancia, con una forma poligonal, mientras que el tercer recinto se encuentra pegado al anterior, con una forma aún poligonal, pero más tendente al círculo. Más allá del circuito de murallas se extienden una serie de fosos, aparentemente tres al consultar las ortofotos del yacimiento, con hasta cuatro metros de ancho y dos metros de profundidad, excavados en la roca. El foso más cercano a las murallas sigue la forma geométrica del muro exterior y muestra dos prolongaciones, como cabeceras, en lados contrarios del circuito, como salientes para proteger el acceso. Los demás fosos rodean al primero con una forma más redondeada.
La fortificación de Cabezo Lobato fue proyectada desde cero con la clara intención de crear un complejo punto de defensa. La construcción del recinto debió requerir la colaboración de un gran número de personas, una comunidad bien organizada dirigida por algún tipo de jefatura o liderazgo que coordinara todo el trabajo. El espacio defensivo también albergaba en su interior algunas cabañas, lo que indica que fue un lugar donde habitó una pequeña población. Entre los restos hallados en el espacio intramuros figuran algunas placas de arcilla y pizarra decoradas, restos de cerámica y pesas de telar, herramientas como cinceles y hachas de piedra y puntas de flecha, todo lo cual indica que además de fortaleza, Cabezo Lobato fue un espacio de residencia. Existen evidencias de un incendio generalizado en el interior de las murallas, sumado al incendio de las puertas de madera de las murallas, lo que ha conducido a pensar que Cabezo Lobato pudo ser atacado y destruido en un único episodio de violencia, siendo abandonado en torno al año 2450 a.C. Además, en el recinto del segundo foso se encontró la tumba de un legionario romano, reconocible por un pugio o daga dentro de su funda encontrado junto al cuerpo, que pudo haber sido enterrado en algún momento del siglo II o III a.C. El cuerpo estaba enterrado bocabajo a poca profundidad y carecía de pies. Todo apunta a que era un desertor ajusticiado.
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Estructura de la muralla del Cabezo de San Marcos, en Almendralejo. Fuente: Turismo Almendralejo. https://visita.almendralejo.es/
El entorno de Almendralejo en el Calcolítico.
La fortaleza de Cortijo Lobato no es el único hallazgo arqueológico del entorno de Almendralejos ni la vega del Guadajira. El entorno de Tierra de Barros fue objeto de una colonización agraria durante el II milenio a.C., y los yacimientos de época calcolítica son muy abundantes. El centro más importante de la región pudo ser el yacimiento de La Pijotilla, situado a unos 30 kilómetros de Almendralejo, entre los municipios de Solana de los Barros y Talavera la Real, muy cerca del rio Guadiana.
El yacimiento del Cabezo de San Marcos, también conocido como Cortijo Zacarías, se alza sobre una meseta rocosa muy cerca de Almendralejo, dominando el valle del arroyo Harnina, que desemboca en el Guadajira. Se trata de un poblado fortificado en alto, una parte del cual ha desaparecido al haber sido utilizada como cantera parte del terreno donde se asentaba. El descubrimiento del lugar vino de la mano de un proyecto urbanístico para construir una urbanización. La parte mejor conservada del yacimiento es una sección de su perímetro amurallado, limítrofe con la parcela donde se había planteado la urbanización. Los hallazgos realizados motivaron el parón de las obras y la musealización del yacimiento a manos de la empresa Arqueas en el año 2012. Se trata de un gran poblado fortificado que abarca un espacio aproximado de 3 hectáreas, formado por tres líneas de murallas concéntricas. El bastión exterior estaba formado por una línea de muralla sin torres, mientras que la línea interior e intermedia aparecen protegidas por bastiones semicirculares de hasta 10 metros de anchura. La muralla estaba construida con dos hiladas de piedras obtenidas de la propia roca del suelo, rellenas con tierra y cascajo. En la zona oriental el circuito de murallas estaba complementado con un foso construido aprovechando una grieta natural del terreno.
Pese al nivel de arrasamiento que mostraba el yacimiento, en el interior del perímetro de la muralla se encontraron restos de algunas cabañas, silos subterráneos para guardar grano y algunas tumbas. Las cabañas eran de planta circular, construidas con una estructura vegetal recubierta de barro. También se ha encontrado abundante material cerámico y objetos líticos, incluyendo los restos de un vaso campaniforme y algunas escorias de cobre, por lo que el poblado pudo estar habitado durante toda la era Calcolítica y los inicios de la Edad del Bronce. Junto a este yacimiento se han excavado otros, ya en el valle del arroyo, del tipo denominado Campos de Hoyos. Estos tipos de yacimientos son muy comunes en el Calcolítico. Se trata de lugares donde se construyeron cabañas con materiales perecederos y se excavaron silos para guardar grano, de donde se conservan una serie de vestigios de postes y otras estructuras que le dan el nombre. En el entorno de Cabezo de San Marcos se han encontrado varios espacios así, conocidos como Cortijo Zacarías y Los Canitos, con abundante material cerámico y lítico y huesos de animales, que pudieron ser aldeas de agricultores vinculadas al espacio fortificado de San Marcos. En total, el espacio dominado por esta fortificación pudo alcanzar las 100 hectáreas.
Estas comunidades agrícolas pudieron enterrarse en diversos dólmenes. Hubo uno en el Cerro de San Marcos, cercano al poblado fortificado, desaparecido a finales del siglo XIX. Por antiguos dibujos se deduce que pudo tener una cámara funeraria y un corredor, siguiendo una tipología típica de la época. Ha habido más suerte con el denominado Tholos de Huerta Montero, que también pudo formar parte del hábitat de las aldeas y la fortaleza de San Marcos. El tholos estuvo construido con un corredor y una cámara circular cubierta por una falsa bóveda, orientado hacia la salida del sol en el solsticio de invierno, un rasgo compartido con muchos otros monumentos y relacionado con ritos estacionales y el culto a los muertos.
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Recinto de fosos del yacimiento de La Pijotilla, cabeza del territorio de Tierra de Barros en el Calcolítico. Fuente: Universidad de Sevilla. https://departamento.us.es/dpreyarq/web/investigacion/proyectos-de-investigacion/el-poblamiento-prehistorico-de-tierra-de-barros-badajoz/
El Calcolítico, una etapa fascinante.
La Edad del Cobre se desarrolló en la península ibérica entre el 3200 y el 2200 a.C., en un periodo de transformaciones sociales y tecnológicas que permitieron un crecimiento demográfico sin precedentes, multiplicando los yacimientos arqueológicos por todo el territorio peninsular. En el territorio de Tierra de Barros se reconoce una jerarquización de los asentamientos en torno al yacimiento de La Pijotilla, con una mayor concentración en la región oriental, en torno al río Guadajira, y un lento descenso de los hábitats hacia la curva del Guadiana.
La Pijotilla fue un poblado de grandes dimensiones que responde a la tipología de recintos de fosos, que como su nombre indica, destacan por sus estructuras excavadas en forma de fosos de distintas proporciones. La Pijotilla es el yacimiento de mayor extensión del territorio, con una superficie de 80 hectáreas y dos grandes fosos de forma circular excavados en torno al arroyo de La Pijotilla, que atraviesa el yacimiento por el centro. En el interior de este espacio se ubicaba un poblado y necrópolis con estructuras megalíticas, además de espacios abiertos donde pudo desarrollarse la agricultura y la ganadería. En el entorno de La Pijotilla se encuentran pequeños poblados distribuidos por la zona de llanura, sin ninguna intención de control estratégico, sino más bien como granjas y aldeas agrícolas. La región oriental de Tierra de Barros territorio muestra una mayoría de asentamientos en altura que establecía una línea de defensas que marcaban el límite de la región, en una frontera que puede trazarse entre Mérida y Zafra. En la región contraria, junto al Guadiana en torno a Olivenza y Badajoz, el poblamiento es cada vez más disperso.
El sector oriental del rio Guadajira, un poco al este de La Pijotilla, es el espacio con mayor presencia de asentamientos, situados en lugares altos para dominar el territorio con una escasa distancia entre ellos, tal vez a causa de la presencia de mineral de cobre en superficie que podía explotarse y comercializarse. En general los poblados son pequeños, espacios donde residían familias dedicadas al cultivo de las tierras del entorno, peor entre ellos se encuentran pequeños asentamientos fortificados, que pudieron servir de atalayas, y otros más grandes fortificados como los que ya conocemos. La cronología de los asentamientos indica que los yacimientos más modernos se encuentran en este sector, por lo que podría teorizarse que la población calcolítica de Tierra de Barros llevó a cabo una expansión hacia el oeste para ocupar nuevos territorios que cultivar. Quedaría así definido un espacio cuyos límites serían la curva del Guadiana en sus zonas norte y oeste, las líneas de fortificación al sur de Mérida al este, y las estribaciones de Sierra Morena al Sur.
El Calcolítico fue un periodo de crecimiento demográfico e innovaciones técnicas, conformando una Edad Dorada de las poblaciones agrícolas que se habían ido desarrollando desde el Neolítico. En esta época la baja densidad de población permitió el fácil acceso y la colonización de las mejores tierras de cultivo y de terrenos de pastos para el ganado, favoreciendo el aumento de la producción agrícola no solo por el incremento de la superficie cultivada, sino también gracias a la aplicación de nuevas herramientas como el arado tirado por bueyes y técnicas como el riego de los campos. Todos estos factores condujeron a la denominada Revolución de los Productos Secundarios, ya que además de incrementar la cantidad de alimento disponible se desarrollaron nuevos productos como los derivados de la leche y la explotación de la lana para la fabricación de textiles.
La Revolución Calcolítica tuvo un fuerte impacto en las sociedades de la península ibérica, contribuyendo a la acumulación de excedentes, el establecimiento de redes comerciales con otros territorios y el crecimiento de la población. En este momento tan dinámico las comunidades agrícolas llevaron también a cabo la construcción de grandes obras de trabajo colectivo, como la construcción de los recintos de fosos, obras defensivas y sepulcros megalíticos. Pese a la presencia de estos trabajos, que requerían una organización y planificación meticulosa, el ambiente funerario indica que estas comunidades eran igualitarias, sin que resaltaran grandes diferencias sociales entre sus miembros, y que en ellas pudo ocurrir una gran movilidad de individuos y mercancías. La acumulación de recursos no provocó el acaparamiento por parte de unos pocos, sino que se facilitaba la cooperación y la reciprocidad, garantizando una organización eficiente de la producción y el uso de recursos.
Las formas de vida igualitarias no evitaron el estallido de conflictos entre comunidades, ya que el aumento demográfico y la búsqueda de algunos recursos escasos y valiosos, como el cobre, pudo generar choques entre comunidades amigas y enfrentamientos ocasionales. La defensa del territorio y la construcción de grandes estructuras defensivas implica que estas comunidades conocieron la violencia y la amenaza de pueblos vecinos, pero sin poder hablar de un concepto de guerra en la que existen ejércitos con tropas especializadas y un sistema de mando, campañas coordinadas y sistemas de abastecimiento e intendencia. Más bien se trataba de conflictos de baja intensidad, con saqueos y ataques destinados a perjudicar la economía del rival. Las fortificaciones, ante la ausencia de poliorcética, se construyeron más bien como formas de expresión de poder con la intención de desanimar a un enemigo, además de convertirse en puntos de referencia en el paisaje que ayudaban a reclamar la posesión de un territorio y permitían a sus comunidades acudir a lugar seguro en caso de ataque.
Bibliografía.
Acciona Energía: Así desveló este complejo fotovoltaico uno de los mayores descubrimientos arqueológicos de España. Experience Acciona. (Recuperado el 9 de febrero de 2025). https://experience.acciona.com/es/energias-renovables/plantas-fotovoltaicas-descubrimiento-arqueologico-espana/#
Almendralejo Turismo: Sepulcro Prehistórico de Huerta Montero. Ayuntamiento de Almendralejo. (Recuperado el 9 de febrero de 2025). https://visita.almendralejo.es/ver_sitio.php?id_sitio=2
Almendralejo Turismo: Poblado calcolítico de San Marcos. Ayuntamiento de Almendralejo. (Recuperado 9 de febrero de 2025).
https://visita.almendralejo.es/ver_sitio.php?id_sitio=3
Díaz del Río, P. (2021): ¿Qué sucedió en la Edad del Cobre?, BSAA arqueología, vol. LXXXVII. pp. 164-243.
Murillo, J. M. (2014): La vega del Harnina. Arqueología, territorio y poblamiento. Tesis doctoral.
Olaya, V. (4 febrero 2025): Hallada en Badajoz una gran fortaleza de hace 5.000 años que fue asaltada e incendiada. El País. https://elpais.com/cultura/2025-02-04/hallada-en-badajoz-una-gran-fortaleza-de-hace-5000-anos-que-fue-asaltada-e-incendiada.html
Sadurní, J. M. (9 febrero 2025): Lo que revela una imponente fortaleza de 4.900 años de antigüedad en Extremadura. Historia National Geographic. https://historia.nationalgeographic.com.es/a/que-revela-imponente-fortaleza-4900-anos-antiguedad-extremadura_23051
Universidad de Sevilla: El Poblamiento Prehistórico de Tierra de Barros (Badajoz). Departamento de Prehistoria y Arqueología UdS. (Recuperado el 9 de febrero de 2025).