Por Jesús M. de la Cruz
En el número 32 de la Revista d’Arqueología de Ponent del año 2022 Joan Ferrer i Jane ha publicado un artículo de síntesis sobre su teoría acerca de los numerales ibéricos y su relación con la lengua vasca. Con este artículo pretende unificar todos sus trabajos anteriores y presentar de forma ordenada todos sus argumentos y las evidencias que los soportan. Su conclusión es que el ibérico y el vasco deben poseer una misma raíz genética, es decir, que se encuentran emparentados lingüísticamente entre sí procediendo de una lengua madre común.
La primera propuesta sobre la semejanza del sistema de numerales ibérico con el vasco fue realizada por Eduardo Orduña en 2004, mientras que Joan Ferrer la ha continuado y ampliado. Desde entonces han tenido lugar diversos hallazgos que han sumado evidencias, así como nuevos trabajos publicados tanto por ellos y por otros investigadores, apoyando o refutando su teoría. Si bien ambos autores llegan a la conclusión del parentesco entre ambas lenguas, lo cierto es que alcanzan este análisis a través de algunos rasgos discrepantes, aunque esto no afecta a la teoría general.
El propio autor enumera la división de su artículo en cinco apartados y dos anexos. En los anexos incluye las diferencias entre su propuesta y la de Orduña y una tabla completa con todos los numerales ibéricos conocidos y las distintas combinaciones en las que se han encontrado, y no serán comentados en esta recensión. Por su parte, los apartados incluyen la descripción acerca de la similitud formal entre los numerales ibéricos y vascos, la forma en que los elementos ibéricos combinan entre sí para formar numerales complejos y para cuantificar conceptos, la exposición de las medidas de valor monetal que permiten certificar el valor de los elementos numéricos, los diferentes soportes en los que se han encontrado los numerales, una exposición de los soportes materiales en los que aparecen los numerales, y un análisis de las diferentes respuestas académicas dadas a la teoría vasco-iberista planteada por Orduña y Ferrer.
El punto de partida de la hipótesis planteada por el autor es la similitud que existe entre los numerales vascos y un grupo de elementos numéricos iberos, siendo el número 9 el único numeral vasco para el cual no ha podido encontrarse un claro equivalente ibérico. Acerca de una posible duda sobre esta similitud en base a una mala interpretación o una lectura dudosa, el autor incide en que los elementos del sistema numeral ibero han sido identificados fuera de dudas, y que la única opción viable es la de reconocer que ese conjunto léxico corresponde al de los números y cantidades y que no responde a un préstamo lingüístico, si no que pertenecen a la propia lengua ibérica.
Los numerales ERDER (½), BAN (1), BI (2), BORSTE (5), SISBI (7) y OGEI (20) son fácilmente identificables por aparecer aislados en los textos, razón por la cual no hay duda sobre su lectura. Otros numerales, ERDI (una posible variante de ERDER), IRUR (3), LAUR (4), BORS (5), ABAR (10) y ORGEI (una posible variante de OGEI), pueden aislarse al analizar diferentes elementos complejos. Tan solo existen dudas con SORSE (8), que presenta alguna dificultad de lectura. Acerca del número 9, Joan Ferrer propone como hipótesis de trabajo que sea en ibérico TOR, que no tiene equivalente en euskera. Este número se sitúa con un valor por debajo a diez, por lo que podría ser el número 9 o bien una forma alternativa de algún otro numeral aún sin identificar.
Para descartar los argumentos que sostienen que la similitud es producto de la casualidad, Ferrer sostiene como elemento fundamental de su teoría que las formas complejas de los números, como la formación de las decenas, se relacionan de manera consistente. También puede descartarse el fallo de interpretación que lleve a identificar estos elementos como números, ya que aparecen de manera común en soportes que implican cantidades metrológicas, de valor o peso, por lo que no hay duda de su función. El sistema ibérico sería posiblemente vigesimal, con valores para la unidad, BAN, y también para la mitad, ERDER. En el caso de BAN, podría actuar como artículo indeterminado, «un» o «uno» en castellano, acompañando a palabras que posiblemente actúan como sustantivos, y posiblemente también como determinante.
La prueba más determinante para reconocer el sistema numeral ibérico está en su presencia en acuñaciones monetarias, soportes que implican el uso de un sistema numeral. En las monedas ibéricas se pueden encontrar 16 elementos de valor distintos, siendo las leyendas más comunes las que contienen ERDER, BAN, abreviado BA, y SERKIR, abreviado S, que equivaldría al valor se 1/6.
Además de las acuñaciones, los otros contextos en los que se encuentra el léxico relacionados con los numerales son las pesas, en las cuales aparecen inscritas sus valores, los dolia o contenedores cerámicos donde en ocasiones aparece escrito su capacidad, y ostraka en los que aparecen marcas de contabilidad. Con todo, el contexto más habitual en el que aparecen los numerales son las láminas de plomo. Por los ejemplos bien conocidos en todo el Mediterráneo, se considera que los textos escritos en láminas de plomo son de contenido comercial. El plomo era elegido para este tipo de documentación gracias a su durabilidad, blandura para escribir y manejabilidad. Es de esperar que los textos comerciales contengan cantidades numéricas, como se puede comprobar en todos los soportes encontrados, aunque es lógico que también aparezcan en otro tipo de textos.
Aunque hay eminentes lingüistas que se oponen a la hipótesis, las pruebas presentadas por Joan Ferrer son muy sugerentes y poseen una clara consistencia interna. Su teoría se ha consolidado con la afirmación de que los numerales ibéricos corresponden a la genética de la lengua ibera, y que no se trata de un simple préstamo lingüístico por parte del lenguaje proto-vasco. Esta afirmación plantea la hipótesis de que ambos idiomas no posean una relación casual, sino que se tratan de dos lenguas emparentadas y procedentes de una misma lengua madre. Esta opción abre la posibilidad de encontrar nuevas semejanzas entre ambos idiomas, una posibilidad que ya se había contemplado con anterioridad, pero ahora ofrecida con bases más sólidas y críticas. De poder demostrarse, se ofrece una oportunidad muy interesante para ahondar en un mejor conocimiento del ibérico y también para la posibilidad de identificar y ahondar en la génesis de aquellas lenguas foráneas que existieron en la Península Ibérica con anterioridad a la imposición de las lenguas indoeuropeas.
FERRER, J. (2022): “El sistema del numerals ibèric: més enllà de la semblança formal amb els numerals bascos”. Revista d’Arqueologia de Ponent, 32. pp. 9-42.