De volcanes, patrimonio y colonización prehistórica

El Campo de Calatrava es una región destacada por la actividad volcánica que le dio forma y que aún se mantiene hoy en día, con la existencia de aguas termales y geiseres. Toda la geografía de la región ha quedado marcada por estas formaciones que hoy pueden distinguirse como sucesiones de cerros y montes con unos nombres característicos, como cabeza o cabezo, o castillejo. Algunos de estos antiguos volcanes han servido como lugar de habitación de poblados de la Edad del Bronce y del Hierro y el emplazamiento de localidades actuales, mientras que otros han permanecido en activo hasta tiempos históricos no muy lejanos. El mejor ejemplo de estos volcanes activos es el volcan Columba, cerca de Aldea del Rey y el río Jabalón, que estuvo en erupción entre el V y el III milenios antes de Cristo.

El aspecto único del paisaje volcánico de la región ha llevado destacar el entorno de Campo de Calatrava como un espacio de importancia geológica mundial. El grupo Geovol, de la Universidad de Castilla La Mancha, realiza una labor de investigación en esta zona y divulga su importancia a nivel académico y entre el público general a través de talleres y otras actividades. Del mismo modo, el Proyecto Geoparque, impulsado por la Diputación Provincial de Ciudad Real, se encuentra desarrollando un proyecto para resaltar el valor de este espacio singular y convertirlo en un Parque Geológico reconocido por la UNESCO. La labor de estos grupos va más allá de la promoción de la riqueza geológica y la puesta en valor de la importancia de paisajes singulares en España, si no que también significan un esfuerzo por desarrollar la economía regional, creando puestos de trabajo y nuevas alternativas de negocio. Este impulso de nuevas actividades resulta especialmente necesario en una región que adolece cada vez más de alternativas para mantener a la poblacion joven en sus localidades de origen y que sufre un progresivo envejecimiento de sus habitantes y despoblación.

He tenido la fortuna de poder charlar de forma casual con el coordinador del proyecto del Geoparque, Alfonso Martín-Grande, que ha puesto en relieve el valor turístico y cultural de este rincón de Ciudad Real, además de dejarme conocer la casualidad de la existencia de numerosos volcanes en el Campo de Calatrava con una conexión muy cercana a los momentos históricos más antiguos de poblamiento del territorio.

Resulta destacable, aunque es necesaria un mayor conocimiento del patrimonio arqueológico de la región, como la zona del Campo de Calatrava, y en general el rincón Suroeste de la provincia de Ciudad Real, presenta unos signos de ocupación humana muy tempranos, a partir del Neolítico final y sobretodo en el Calcolítico y Edad del Bronce. El aparente vacío de población de la región en el cambio del Paleolítico al Neolítico puede tener una relación con esa actividad volcánica reciente. En concreto, las erupciones del volcán Columba se desarrollaron en un momento histórico que más o menos coincide con la relativa despoblación del territorio de Ciudad Real, al menos en la zona montana del Campo de Calatrava, entre los Montes de Toledo y Sierra Morena. Todo ello puede indicar que existió una zona peligrosa que los pobladores epipaleolíticos y los colonizadores neolíticos prefirieron evitar, frente a regiones más fértiles como las llanuras de La Mancha entre Ciudad Real y Albacete.

De una manera o de otra, en un aspecto general lo que más resaltó de nuestra animada conversación fue que la región de Ciudad Real es un territorio desconocido por el gran público y aún por determinados ambientes académicos. El estudio pormenorizado del patrimonio arqueológico y geológico puede conducir no solo a nuevos hallazgos que permitan rellenar el vacío de nuestros conocimientos, si no a resaltar el rico patrimonio geológico de la provincia, de su riqueza material e inmaterial, y a poner en relieve la importancia cultural de un espacio que debería ser más que un lugar de La Mancha de cuyo nombre no acordarse.

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