Sacrificios humanos en la Irlanda celta

por El Profesor

La existencia de sacrificios humanos por parte de los pueblos celtas y germanos es una actividad bien documentada arqueológicamente dentro del fenómeno denominado “cuerpos de los pantanos” o bog bodies (Green, 2015). Este fenómeno se reconoce por hallazgos de individuos, con señales o no de muertes violentas, depositados en pantanos o turberas después de su muerte. Que fueran depositados en este tipo de paisaje ha permitido que las peculiares condiciones de privación de oxígeno garantizaran una excelente conservación de sus restos orgánicos, ya que la fauna microbiana del entrono tiende a desaparecer (Pérez-López, Borrego, Sierra y Martín-Algarra, 2020).

El hallazgo de estos individuos ha dependido siempre de la suerte, y sin embargo, los bog bodies suponen en sí mismos un caso destacado y diferenciado de los demás restos que han podido ser encontrados y catalogados como sacrificios humanos (Green, 1998).

En el mundo celta irlandés, estos ritos de sacrificio están relacionados con las costumbres religiosas y políticas existentes en la era pagana, costumbres que bien pudieron perdurar hasta la evangelización de la isla por San Patricio en el siglo V. En este artículo vamos a tratar unos casos específicos siguiendo el estudio de Eamon Kelly, arqueólogo irlandés y conservador del Museo Arqueológico de Irlanda que se centró en la investigación de dos cuerpos tras su famoso descubrimiento. Se trata de los hombres de Oldcroghan y Clonycavan, individuos encontrados en un lapso muy corto de tiempo durante el año 2003. La fama de este descubrimiento llevó a que el Museo Nacional de Irlanda creara una sala dedicada específicamente a los bog bodies como parte de su exhibición permanente, sala en la que también se encuentran expuestos otros dos individuos encontrados en Galway y Kildare.

Puedes conocer más sobre esta exposición en el Museo Nacional de Irlanda aquí.

Los hombres de Oldcroghan y Clonycavan

En Irlanda se han encontrado los restos de más de 100 hombres, mujeres y niños, pertenecientes a varios períodos históricos y representando tanto casos de muertes accidentales como entierros, disposiciones casuales y también actos intencionados de enterramiento o deposición de cadáveres (Kelly, 2013: 233). Los cuerpos que representan muertes rituales son parte de una costumbre más amplia propia de la tradición cultural de la Europa noroccidental, con casos muy conocidos como el hombre de Tollund en Dinamarca, el hombre de Lidow Moss en Inglaterra o el hombre de Yde, en Holanda.

El cuerpo del hombre de Oldcraghan tal y como se encuentra expuesto en el Museo Nacional de Irlanda. La excepcional conservación del cuerpo a permitido obtener relevantes conclusiones sobre quién era y qué le ocurrió. El dato más destacado: fue apuñalado, ataque contra el que parece que trató de defenderse. Una vez muerto, fue decapitado y se separó el tronco de sus piernas par ser sumergido en el pantano de Clonearl. Fuente imagen: bbc.co.uk

En Hombre de Oldcroghan fue encontrado en el pantano de Clonearl dentro del Condado de Offlay, en el límite entre dos antiguos territorios conocidos como los Tuath Cruacháis y Tuath na Cille. Esta ubicación reviste una especial importancia, ya que en el centro de este conjunto pantanoso se halla la colina de Croghan (Croghan Hill), en cuyas proximidades se han encontrado varios lugares arqueológicos, como túmulos, un posible fuerte, una iglesia con un cementerio asociado, y una vieja aldea abandonada. En tiempos paganos, se asoció la colina con la diosa Brig, Bree o Bri, y se creía que dentro del monte existía un mundo llamado Bri Ele (VV.AA., 2009: 266).

El hombre de Oldcroghan era un individuo alto y de fuerte constitución. Sus restos consistían tan solo en un torso amputado y decapitado, con unas manos perfectamente conservadas, así como sus órganos internos. En el brazo derecho conservaba además un brazalete de cuero trenzado con sortijas de metal decoradas con diseños célticos de estilo La Tène (Kelly, 2013).

La cuidada manicura de Oldcroghan y la ausencia de callosidades o de manos trabajadas demuestran que no había desarrollado actividades manuales, lo que permite afirmar que este individuo pertenecía a la clase alta. El momento de su muerte pudo ser durante el invierno o principios de la primavera, ya que comió una dieta con un aporte cárnico principal durante los cuatro meses anteriores a su muerte.

Oldcroghan murió por una puñalada en el pecho. Una herida defensiva en la parte superior del brazo derecho indica que trató de defenderse antes de su muerte. Una vez muerto fue decapitado y se cercenó su torax del abdomen. Su desmembramiento puede significar que otras partes de su cuerpo fueron guardadas ser depositadas en otro lugar, tal vez repartiéndolas en diferentes partes del territorio tribal. Además de este desmembramiento y distribución, se han hallado trozos de mimbre insertados en cortes realizados en la parte superior de los brazos de este individuo, un acto aparentemente mágico con un significado difícil de discernir. Eamon Kelly (2006: 3-4) teoriza que formara parte de un acto mágico para reflejar la defensa del territorio. Por ejemplo, en el Táin Bó Cualigne, Cuchulainn coloca una cuerda de mimbre en torno a una piedra en la frontera del Ulster, lo que supone un tabú poderoso que evita que el ejército invasor de Connacht pueda atravesarlo.

El hombre de Clonycavan fue encontrado durante los trabajos en una turbera junto a la aldea homónima, motivo por el que el cuerpo aparece dañado. Era un hombre pequeño y de buena posición social. Murió de manera cruel, golpeado salvajemente por una herramienta que pudo ser un hacha, para después ser eviscerado. Igual que Oldcroghan, su deposición no un antiguo pantano no es casual, ya que se encontraba en un límite fronterizo entre dos territorios tribales o túath. Fuente imagen: thetimes.co.uk

El Hombre de Clonycavan, por su parte, yacía en la frontera entre los condados de Meath y Westmeath, en un pantano que dividía el antiguo territorio de Brega y Mide (Kelly, 2006: 1; 2013). En él destaca su peinado: tenía la nuca rapada y el resto del cabello, de unos 20 cm de largo, estaba atado en un moño en lo alto de la cabeza. El pelo había sido tratado con una especie de gel para cabello realizado con una resina importada del continente, lo que demuestra que era un personaje de alto estatus capaz de disfrutar de costosos productos de exportación. Al contrario de Oldcroghan, Clonycavan era de pequeña estatura y poco corpulento. Los datos de radiocarbono datan a este hombre entre los años 392 y 201 a.C.

La dieta de Clonycavan se basó principalmente en el consumo de cereales durante los cuatro meses anteriores a su muerte, sugiriendo que habría muerto durante el otoño, antes de el establecimiento de una diera rica en carne propia del invierno (Kelly, 2013: 235). Murió de una serie de golpes en su cabeza y pecho, probablemente un hacha. También sufrió un corte de 40cm en el abdomen que sugiere evisceración, un método de ejecución que le acerca a la muerte sufrida por Oldcroghan, y que en términos generales, unido a su deposición en un espacio fronterizo, explica que el ritual que acompañó a la muerte de este pequeño individuo de la aristocracia encerraba un significado similar al del corpulento Oldcroghan.

Cronología de un ritual

En el año 2004, el Museo Nacional de Irlanda llevó a cabo un proyecto en colaboración con una empresa arqueológica para profundizar en el descubrimiento y significado del hallazgo del hombre de Oldcroghan. Para ello, se realizaron una serie de sondeos en la región pantanosa donde fue encontrado, para analizar los datos que pudiera revelar el paleoambiente y paisaje del momento en que fue sacrificado. Los resultados fueron expuestos en un artículo en el año 2009 en la revista Journal of Archaeological Science. Vamos a analizar aquí sus resultados (VV.AA. 2009).

La formación del conjunto pantanoso donde fue depositado Oldcroghan comenzó en el año 370 y duró hasta 170 a.C. A partir de ese momento, la humedad del entorno fue descendiendo mientras se cubría de turba, lo que explica el porqué de la fenomenal conservación del cuerpo, y también garantizó que puedan conocerse datos específicos e inalterados de las condiciones naturales de su época. Curiosamente, durante la toma de muestras se encontraron tres uñas pertenecientes al cuerpo, que permitieron marcar el lugar exacto en el que éste había sido recogido en el año 2003 y conocer además cuál era el suelo original en que había sido depositado el cuerpo tras su muerte.

La cata realizada se dividió en cuatro secciones o estratos, según la localización principal de concentraciones de polen. Los más antiguos pertenecían a principios del I milenio, mientras que la superficie pertenece a las últimas décadas después de Cristo.

El análisis de estos estratos llevó a una curiosa conclusión: existían dos grandes etapas de actividad humana, demostradas por la existencia de grandes concentraciones de polen de cereal. La primera etapa abarcaba entre los siglos X y VI a.C., pertenecientes a la transición entre las edades del Bronce y del Hierro. La segunda etapa pudo fecharse entre los siglos IV a.C y las primeras décadas de nuestra era, época “clásica” del celtismo irlandés. Las mayores etapas de desarrollo agrícola están en los extremos de esta datación: entre los años 920 y 840 a.C. y las fechas 170 a.C. hasta aproximadamente el 30 d.C.

El cuerpo de Oldcraghan fue depositado en un momento próximo al año 270 a.C. En este momento el paisaje estaba ocupado por bosques de olmos y avellanos y comenzaba a formarse una superficie pantanosa. Cuando se llevó a cabo el ritual de sacrificio, los bosques de olmos en los alrededores del pantano de Clonearl estaban siendo talados. Oldcraghan fue conducido al pantano durante este período específicamente para ser sacrificado: su torso fue sumergido rápidamente en el agua en el lugar de su muerte, mientras que su extremidades inferiores y cabeza posiblemente fueran guardados para ser depositados en otro lugar.

Esta etapa en general parece coincidir con un fenómeno más amplio de tala de bosques en toda Irlanda. Semejantes datos quedan demostrados por otros análisis realizados en diferentes partes de Irlanda, lo que nos habla de una serie de procesos históricos de crecimiento y pérdida demográfica, con momentos de abandono y colonización de tierras, o tal vez con diferentes formas de habitación, en núcleos dispersos que permiten mayor crecimiento del bosque o núcleos concentrados con una explotación intensiva del territorio.

Ampliando un poco más el espectro temporal, puede decirse que numerosos “bog bodies” en toda Europa pueden datarse en la misma época. Además, existe otro rasgo en común entre muchos de ellos: muestran una violencia excesiva, un acto de mata y remata contra un individuo que se mostraba indefenso, si no dispuesto a ser muerto de ese modo.

Las razones por las que estas prácticas de muerte ritual persistieron durante la Edad del Hierro son desconocidas, pero es posible que sea por el aumento de la conflictividad social (op.cit: 275). Los cuerpos de Lidow en Inglaterra, aunque son más tardíos que Oldcroghan, parecen estar también relacionados con un momento de tala de bosques, lo que sugiere que estos enterramientos datan de un período de cambios en el paisaje circundante. Sin embargo, este exceso de violencia encaja también en otro tipo de interpretación.

Esta ilustración pertenece al momento del sacrificio del Hombre de Tollund, en Dinamarca, cuyo cuerpo también pertenece al fenómeno de los bog bodies. El paisaje y ceremonia recreados bien pueden asimilarse a los de los hombres de Oldcroghan y Clonycavan, excepto por la forma de ejecución, que en Tollund fue el ahorcamiento. Autor: Niels Bach.

¿Por qué morir así?

La triple muerte, o la muerte tres veces, es un elemento distinguible como parte de la religión indoeuropea, abarcable dentro del concepto de trifuncionalidad típico de la teoría de Dumézil. Este concepto se aprecia en muchos mitos por toda Europa, e incide en la repetición del número tres como forma de expresión de un valor sagrado o trascendente (Almagro-Gorbea, 2012).

La triple muerte es característica de dioses, reyes y héroes de la mitología indoeuropea occidental. Consiste en morir ahogado o envenenado, colgado de un árbol o estrangulado, y degollado o herido por un arma cortante o quemado por el fuego. Esta triple muerte puede entenderse como tres muertes sucesivas, cada una con un ritual, o como una sola muerte con tres métodos distintos. En ocasiones, la muerte puede efectuarse como un tipo de expiación, o como parte de la ejecución de un sacrílego o un criminal especialmente reprobable, pero no parece el caso de nuestros dos hombres sacrificados (Kelly, 2013: 233), tal y como se desprende de las cualidades específicas del sacrificio y de las cualidades de los dos personajes. Con todo el contexto ritual, la violencia ejercida contra estos dos individuos si puede relacionarse con la Triple Muerte, formando parte de un ritual mágico destinado a asegurar que su transición al más allá era rápida y por tanto, garantizar su éxito (Green, 1998: 172).

Un aspecto fundamental para entender las causas que rodearon el acto sacrificial de estos individuos es la ubicación de su cuerpos según el mapa político de la antigua Irlanda. Los cuerpos encontrados en pantanos durante la Edad del Hierro en Irlanda fueron ubicados siempre en las proximidades entre las fronteras territoriales de baronías y condados (Kelly, 2006: 1). Que algunos de los hallazgos fueran solo de partes de cuerpos, sugiere que estos cuerpos fueron desmembrados para ser depositados en varios lugares alrededor del territorio, cumpliendo un ritual que buscaba consolidar unos límites fronterizos y realizar un acto mágico de protección sobre ellos.

Uno de los lugares de deposición de objetos más importantes en Irlanda es Lisnacrogher, en el Condado de Antrim, donde se depositaron objetos durante muchos años (Kelly, 2006: 2). Este lugar se encuentra entre las baronías de Lower Antrim y Kilconway, y entre los muchos objetos depositados allí pueden encontrarse armas, joyas y objetos personales, y aperos de labranza. Similares objetos pueden encontrarse en muchos otros lugares, incluyendo también carros o elementos de carros, así como ofrecimientos de algunos comestibles, como mantequilla o miel. En su investigación, Eamon Kelly (2013: 238) sugiere que estos artilugios pueden estar relacionados con los actos de coronación y sus rituales relacionados, entre los que se incluían festines, desfiles ceremoniales y la deposición de artículos relacionados con el simbolismo de la realeza y su importancia como garante de la fertilidad de la tierra, del orden social y de la defensa de la comunidad.

El material histórico y mitológico irlandés nos da pistas sobre el fenómeno de los cuerpos en pantanos (Kelly, 2013: 238-239; Almagro, 2012: 13-18). Una explicación puede ser que las muertes rituales de los cuerpos en pantanos representan ofrecimientos en tiempos de hambruna o enfermedad. En la creencia que el rey debe garantizar el bienestar de su pueblo en su matrimonio con la diosa tierra, su fallo en asegurar el beneplácito de la diosa es posible que le suponga la obligación de pagar con la vida. Las pocas referencias que existen sobre sacrificios humanos en Irlanda (Kelly, 2006: 5) relacionan esta práctica con el dios Crom Dubh, que se asocia con la fiesta de Lughnasa, el festival celta de la cosecha. Esta situación puede ofrecer un contexto para las muertes que, a nivel práctico, pueden representar la ejecución de rehenes del rey para asegurar la sumisión de otros señores subordinados o la eliminación de rivales del rey.

Otra teoría (Kelly, 2013: 238), puede ser que la deposición de cuerpos proceda de rituales basados en la monarquía sacra irlandesa y ritos relacionados con la coronación. Era una creencia común que al iniciar su reinado, un rey iniciaba una relación con la diosa de la tierra, de forma que durante la ceremonia se llevarían a cabo actos en los diferentes límites fronterizos del territorio para definir la toma de poder del nuevo rey. Todavía en tiempos medievales, siguiendo la coronación de un rey, el caballo del rey y sus atalajes, sus armas y sus ropajes ceremoniales eran compartidos con algunos miembros destacados de la nobleza y la iglesia. En la era pagana, puede ser que estos objetos fueran entregados en los límites tribales como forma de definir la soberanía real. Eso podría explicar la presencia de joyas y partes de carros en los hallazgos en lugares fronterizos.

Por lo tanto, se puede concluir que los hallazgos de Oldcroghan y Clonycavan reflejan una costumbre muy arraigada en la Irlanda celta, relacionada con el control del territorio y la expresión de poder. El sacrificio de personajes durante una ceremonia de coronación u otro tipo de ritual era parte de un acto mágico que buscaba una conexión entre la comunidad y sus dioses protectores. A través de un pacto, sellado con la vida de algunos individuos y con la entrega de objetos concretos, todos ellos con un alto valor simbólico, se renovaba la legitimad en la posesión de un territorio o el poder de un rey y se garantizaba el orden social y político, renovando la relación entre la comunidad y la divinidad.

Referencias y bibliografía:

ALMAGRO-GORBEA, M. (2012): “El rito de la “triple muerte” en la Hispania céltica. De Lucano al Libro de Buen Amor”. Ilu. Revista de Ciencias de las Religiones 17, pp. 7-39.

DUMÉZIL, G. (1958): L’idéologie tripartie des Indo-européens. Bruxelles: Latomus.

GREEN, M. (1998): “Humans as ritual victims in the later prehistory of western Europe”, Oxford Journal of Archaeology, 17 (2), pp. 169-189.

– (2015): Bog bodies uncovered. Londres: Thames & Hudson.

KELLY, E. (2006): Kingship and Sacrifice: Iron Age bog bodies and boundaries. Archaeology Ireland, Heritage Guide No. 35.

– (2013): “An Archeological Interpretation of Iris Iron Age Bog Bodies” en S. Ralph (ed.): The Archaeology of Violence. Interdisciplinary Approaches (pp. 232-240). Albany, NY: SUNY Press.

PÉREZ-LÓPEZ, A., BORREGO, M., SIERRA, A. y MARTÍN-ALGARRA, A. (2020): Formación de una turbera. Recuperado de https://petrografiacarbon.es/med-sedimentarios/formacion-turbera/

VV.AA. (2009): “A multi-proxy palaeoenvironmental investigation of the findspot of an Iron Age bog body from Oldcroghan, Co. Offaly, Ireland”. Journal of Archaeological Sciencie, 36, pp. 265-277.

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