Los vasos gemelos de Azaila y Alcorisa

por El Profesor

Un kalathos, plural kalathoi, es un gran recipiente utilizado como contenedor de líquidos o de comida entre los iberos. Por su forma, cilíndrica y profunda con un borde pronunciado, se le ha llamado también “vaso de sombrero de copa”, ya que guarda un gran parecido con este tipo de sombreros. Este tipo de cerámica se puso de moda a partir del s. III a. C., imitando modelos griegos que tuvieron un gran éxito en el Mediterráneo occidental y también en la Península Ibérica. En la Península, surgen en la región septentrional ibera y se extienden por una parte importante del Levante y la zona norte peninsular, incluyendo los pueblos celtíberos de la Meseta. El vaso que nos ocupa puede fecharse más probablemente entre el siglo II y el primer cuarto del siglo I a. C.

El kalathos de Cabezo de la Guardia en Alcorisa, Teruel, guarda una gran similitud con el kalathos de Cabezo de Alcalá en Azaila, también en Teruel, e incluyen dos interpretaciones de un mismo suceso mitológico. La técnica de ambos recipientes demuestra que estuvieron hechos en un mismo taller, y que además las pinturas fueron posiblemente hechas por encargo de una misma familia aristocrática que contaba con sendas residencias en ambos enclaves arqueológicos, o bien con dos ramas de la misma familia habitando cada poblado.

Ambos yacimientos se encuentran relativamente cercanos entre sí, a algo más de 50 kilómetros, en el margen sur del rio Ebro. El poblado de Azaila se ubica en un promontorio rocoso cercano al río Aguasvivas, afluente del Ebro, y está cercano a las tierras de cultivo de la vega del Ebro. Por su parte, Alcorisa está situado en un cerro junto a la confluencia de dos ríos, Alchozas y Guadalopillo, en las estribaciones de la Sierra de San Just y su puerto de montaña.

Friso general de los vasos de Alcorisa y Azaila

Los kalathos de Alcorisa y Azaila desplegan una iconografía que no es exacta, pero que engloban unos mismos elementos: en ellos detacan el juramento de cuatro individuos en torno a un tallo o caldero, un personaje en acción de cultivar guiando un arado y dos jinetes en plena caza de sendos jabalíes. La discusión historiográfica ha girado en torno a la lectura de estas tres escenas. Imagen: iberosenaragon.net

Aunque la representación en ambos vasos es muy similar, la escena de Alcorisa es más completa, mientras que la versión de Azaila muestra una narración algo más sintetizada, aunque se repiten los mismos episodios. Utilizaremos la versión de Alcorisa, que se ha conservado mejor hasta nosotros, tal y como se describe en el catálogo CERES, que puedes consultar aquí.

La escena se representa en un friso corrido dividido en tres escenas o metopas. Cada escena parece estar diferenciada de las demás por una serie de aves o de motivos vegetales. En orden de escritura, de izquierda a derecha, en la primera escena aparecen dos parejas de personajes afrontados de manera simétrica, situados a ambos lados de un elemento que puede ser una gran vasija o algún tipo de vegetal, como un bulbo o un árbol. En la segunda escena aparece un hombre labrando la tierra con un arado de reja, ayudado por una yunta de bueyes y rodeado de distintas aves. Una de ellas llama la atención: parece poseer un rostro humano, tal vez se trate de algún ave cazadora, como una lechuza o un búho. En la tercera escena dos jinetes con lanza se enfrentan a sendos jabalíes, a la vez que unos lobos parecen enfrentarse a toda la escena, o tal vez estén amenazando a los jabalíes. En la segunda y sobre todo en la tercera aparecen motivos vegetales entremezclados con los personajes y aves. El friso se abre y cierra con una columna de aves enfrentadas entre sí con un espacio en blanco entre medias, con la particularidad de que bajo la fila de aves que cierran la escena aparece representado un pez.

Las escenas reflejadas en estos vasos cerámicos sirven para expresar, a través de unos códigos que hoy no podemos entender, el mundo religioso y las ideas de la aristocracia ibera en un momento de zozobra, cuando la cultura romana comenzaba a influenciar cada vez con más fuerza a las poblaciones iberas de la región meridional. Frente a este proceso de temprana romanización, en el que los símbolos y códigos romanos comienzan a filtrarse en las mentalidades de los pobladores iberos, la familia aristocrática que encargó la representación de los dos vasos sentiría la necesidad de reafirmar su identidad y su cultura utilizando los nuevos mensajes iconográficos extranjeros (Uroz, 2008).

Diversas escenas de cerámica ibérica mostrando escenas identificadas como «ritos fundacionales» ibéricos. Las dos primeras pertenecen a los kalathoi de Azaila (a) y Alcorisa (b). Fuente: Uroz, 2008.

Para ello utilizarín una cerámica de uso en momentos especiales, como banquetes o ritos religiosos, como soporte de mitos y leyendas que les permitiera concretar con su pasado mitológico y mantener viva su herencia cultural.

Las escenas representadas en estos vasos son muy sugerentes, y han originado diferentes teorías. Entre ellas, destaca siempre la representación central del hombre con el arado y el convencimiento de que cada escena en concreto muestra un significado propio de carácter simbólico, relacionado con la religión y los códigos propios del mundo de las creencias ibérico. El paisaje que rodea a las diferentes acciones parece expresar que se trata de un ambiente mítico y sobrenatural, dentro del ámbito de lo que la cultura ibera consideraba sagrado. Las formas vegetales son muy grandes y conforman una parte importante de la representación, lo que parece indicar que su importancia no es menor que las escenas protagonizadas por los personajes del friso. La sensibilidad ibera veía en su entorno natural y el paisaje que les rodeaba una expresión viva de lo sobrenatural. En ambas representaciones, este sentimiento queda patente de una manera muy clara y expresiva.

La arqueóloga y profesora Rosario Lucas Pellicer (1990), explica que la presencia de elementos vegetales y aves sitúan las escenas en un ambiente mítico y sobrenatural, dentro del cual se enmarcan las acciones de los personajes de cada escena: un juramento, la labranza del territorio y la caza. La lectura que puede hacerse de todas ellas es por tanto de carácter religioso.

El investigador Ricardo Olmos (1996: 12 y ss.) también entiende que el entorno que rodea a los personajes de Alcorisa explica la ubicación de las escenas en el ámbito de lo sagrado. En conjunto, interpreta que la temática del friso gira en torno a las ideas de eclosión de la naturaleza, o creación de vida, y destrucción de la naturaleza a través de la caza. Las escenas representan un ciclo en el que un héroe fundador lleva a cabo la primera acción ritual que representa el cultivo de la tierra y la caza de los animales, en definitiva, el orden humano frente a la naturaleza salvaje.

En definitiva, las interpretaciones religiosas del friso de Alcorisa giran en torno a su lectura como escenas mitológicas de un antepasado heróico o una divinidad o divinidades que presiden diferentes actos de fundación con un fuerte valor simbólico para la comunidad que sabía entenderlos (Maestro, 2015).

Los temas de la cerámica ibérica, igual que ocurre en todo el mundo del Mediterráneo, fue el lugar donde los artistas locales desarrollaron toda una serie de motivos estilísticos y temas iconográficos que expresan su riqueza cultural y sus ideas. Una parte de los temas expresados en la cerámica tienen que ver con el mundo de las creencias religiosas y la plasmación de mitos y leyendas que conformaban su religión. En el caso de los kalathos de Alcorisa y Azaila, su temática nos sitúa en la representación de o bien un mito o bien un conjunto de escenas con un fuerte carácter simbólico muy importante para la familia aristocrática que los había encargado. Estas escenas cobrarían especial importancia como símbolo cuando estos vasos eran utilizados en algunos rituales específicos, ya fueran banquetes o actos religiosos, ensalzando su sentido dentro de un esquema más amplio de prácticas rituales. En conjunto, la temática de ambos kalathoi sería importante para la expresión de las ideas de la religión ibérica, usadas como un fuerte vínculo con su tradición y su pasado. Estas ideas actuaban como forma de expresar su propia identidad, acción muy importante en un momento en que el empuje y la influencia de la romanización avanzaba imparable, absorbiendo la cultura ibérica y transformándola hacia una nueva identidad: la romana.

Fuentes y bibliografía

Página web CERES: inventario 01359, Museo de Teruel. [consulta 3 octubre 2020] Disponible en:

http://ceres.mcu.es/pages/Main?idt=122024&inventary=01359&table=FMUS&museum=MTE

GRAU, M. y RUEDA, C. (2014): “Memoria y tradición en la (re)creación de la identidad ibérica: reviviscencia de mitos y ritos en época tardía (ss. II-I a.C.)” en Tortosa, T. (ed.), Diálogo de identidades. Bajo el prisma de las manifestaciones religiosas en el ámbito mediterráneo (s. III a.C. – s. I d.C.). Anejos de AEspA LXXII. CSIC, 2014, pp. 101-121.

GRAU, M. y RUEDA, C. (2018): “La religión en las sociedades iberas: una visión panorámica”. Revista de historiografía 28, pp. 47 – 72.

LUCAS, M. R. (1990): “Trascendencia del tema del labrador en la cerámica ibérica de la provincia de Teruel”, Zephyrus vol. 43, pp. 293-303.

MAESTRO, E. (2015): “Los kalathoi de Azaila, soporte de un estilo decorativo de la cerámica ibérica con escenas”. En Aguilera, I., Beltrán, F., Dueñas, M. J., Lomba, C., y Paz, J. A. (eds.), De las ánforas al museo. Estudios dedicados a Miguel Beltrán Lloris. Institución Fernando El Católico, Diputación Provincial, Zaragoza, pp. 577-582.

MARCO SIMÓN, F. (2013): “Ritual y espacio de memoria en la Hispania Antigua”. Acta Palaeohispanica XI, Palaeohispanica 13, pp. 137-165.

OLMOS, R. (1996): “Metáforas de la eclosión y del cultivo. Imaginarios de la agricultura en época ibérica”, AEspA 69, pp. 3-16.

OLMOS, R. (2000): “El vaso del ‘Ciclo de la vida’ de Valencia: una reflexión sobre la imagen metamórfica en época iberohelenística”. AEspA 73, pp. 59-85.

UROZ, H. (2008): “Religión en tiempos de transición: de Iberia a Hispania. Poder, control y autoafirmación”, en Uroz, J., Noguera, J. M., Coarelli, F. (eds.) Iberia e Italia. Modelos romanos de integración territorial. Tabularium, Murcia, pp. 465-491.

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